jueves, 3 de abril de 2014

“Nunca me enseñaron a volar” vuelve a representarse en la Sala Timanfaya


La Sala Timanfaya de Puerto de la Cruz, vuelve a acoger la representación de la obra “Nunca me enseñaron a volar”, después del éxito obtenido semanas atrás.

“Nunca me enseñaron a volar”, dirigida por Mónica Lorenzo, es el resultado final de un enriquecedor proceso de aprendizaje, participación y creación colectiva, del que han formado parte un grupo de mujeres portuenses, alumnas de los talleres de iniciación al teatro “Mujeres Creativas”.

Estos talleres, se pusieron en marcha el pasado mes de octubre de 2013 impulsados por la Concejalía de Mujer y Políticas de Igualdad del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz, a través del Centro Municipal de las Mujeres y han sido impartidos por la profesora de teatro, Mónica Lorenzo.

El origen de los mismos, se remonta a un Proyecto más amplio de dicha concejalía, que bajo el título de “Ágora” se ha venido desarrollando en sus dos ediciones en el municipio desde el año 2012.

Esta iniciativa, tiene como objetivo general el empoderamiento individual y colectivo, el establecimiento de alianzas y la consolidación de redes entre mujeres y  la sensibilización y formación en género de las participantes.

Pero al mismo tiempo, ofrece también la posibilidad de facilitar el acercamiento de las mujeres del municipio al mundo del teatro y de la creación artística, utilizando las artes escénicas como vehículo de expresión.

Este espectáculo se reestrena este próximo viernes 4 de abril a las 21:00 horas en la Sala Timanfaya de Puerto de la Cruz, tras el éxito obtenido en la primera representación de la obra realizada el pasado 21 de marzo en el marco de los actos conmemorativos del Día Internacional de las Mujeres.

Las entradas podrán adquirirse en la taquilla al precio de tres euros.

LA OBRA

Once valientes mujeres portuenses se transforman en actrices para poner en escena este montaje teatral con el objetivo de mostrarnos los problemas contemporáneos que viven las mujeres actuales como producto de los cimientos en que se sustenta nuestra sociedad.

Desde la indiferencia hacia la figura “del o la otra” y sus sufrimientos, la banalidad en que parecemos vivir todas y todos embebidos, hasta los entresijos de las relaciones interpersonales que por principio han sido consideradas arbitrariamente materia privada y no pública, esta obra nos hablará del dolor, las esperanzas, los deseos y los gritos sordos que han caracterizado tradicionalmente la vida de las mujeres.

En síntesis, consiste en un alegato contra la desigualdad e injusticia de quienes muchas veces son víctimas en primera persona de sucesos como estos.

Como obra de arte y también como denuncia, se suben al escenario para mostrarnos que no son solamente un nombre sin significado, no son una categoría, son sujetos con derechos, y quieren reclamar su espacio, hacerse oír.


A través de una escenografía, fruto del trabajo colectivo, a través de la poesía y la música, mostrarán todo este complejo espectro de sus vidas para hacernos sentir lo que ellas viven, llamar y abrir las puertas del cambio.

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